miércoles, 13 de marzo de 2013

Escasez de aceite de oliva: el desplome de la cosecha disparará los precios


La mala cosecha esta temporada, consecuencia de las adversas condiciones climatológicas, ha disparado las alarmas en el sector del aceite de oliva. El frío en primavera de 2012 y la falta de lluvia a mediados de año ha provocado una caída de la cosecha, con efectos inmediatos en los precios. Las lluvias de otoño
fueron además insuficientes, lo que ha generado que la cosecha del olivar español sea de baja intensidad. España es el mayor productor mundial de aceite de oliva, ya que casi la mitad del suministro mundial pasa por este país. No obstante, fue uno de los más afectados por la sequía que se extendió por todo el sur de Europa en el verano de 2012. Esta situación tendrá consecuencias a nivel global. En septiembre de 2012, The Guardian informó que los precios al por mayor del aceite de oliva virgen extra se habían disparado un 62% de media a nivel mundial. Eso fue incluso incluso antes de octubre, inicio de la temporada actual. Según las últimas previsiones del Consejo Oleícola Internacional (COI) la producción mundial del aceite de oliva para la temporada 2012-2013 (de octubre a septiembre) rondará los 2,5 millones de toneladas, por debajo de las 2,71 millones que estimó el organismo en noviembre pasado. En 2011-2012 se registraron 3,4 millones de toneladas. Las consecuencias de este recorte se basan en las pruebas de que la cosecha española será menor de lo esperado. En noviembre se estimó para el caso español una caída del 49% respecto a la campaña anterior, a sólo 820.000 toneladas desde las 1,6 millones de récord del año anterior. Sin embargo, en el boletín de febrero, publicado el viernes, el COI reconoció que la producción española de aceite de oliva en los primeros cuatro meses de la temporada 2012/13 (octubre-enero) era ya un 62% inferior al año anterior, según la Agencia española para el Aceite de Oliva. Como productor líder a nivel mundial, España tiene un gran impacto en el total mundial, por lo tanto las estimaciones de 2012/13 para la Unión Europea (UE) y la producción mundial se han revisado a 1,52 y 2,5 millones de toneladas, respectivamente, según datos que recoge The Olive Oil Times. El Consejo también reconoce que, de acuerdo con cifras recientes del Ministerio de Agricultura español, "el consumo de aceite de oliva de las familias españolas cayó un 14% en los últimos cuatro meses de 2012, mientras que los precios aumentaron una media del 10%". Mientras que productores como Grecia, Turquía, Italia y Túnez también sufrieron las consecuencias de la sequía, ninguno ha reportado pérdidas como la caída asombrosa del 60% de la producción de aceituna que afectó a los productores españoles, según el Daily Mail. No solo la escasez de aceite de oliva hará subir los precios, también hace temer que se dispare la existencia de prácticas ilegales. En 2011, dos empresarios fueron declarados culpables de vender aceite de oliva virgen extra que estaba compuesto en un 75% por aceite de girasol. El precio podría duplicarse En este contexto, el precio del aceite de oliva podría alcanzar los 3,50 euros por kilo en origen, lo que representa un incremento de más del doble que hace un año, cuando los niveles de precios se mantuvieron por debajo de 1,6 euros el kilo para el conjunto medio de todas las categorías, para concluir la campaña en torno a los 2,5 euros. Fuentes del sector consultadas por Europa Press aclaran que, por lo general, la subida del precio del kilo de aceite de oliva en origen se traslada en la misma magnitud hacia el litro de aceite que se encuentra ya envasado el consumidor final en los respectivos supermercados. Los fabricantes justifican el encarecimiento de este producto en la medida en que se confirma el derrumbe de la producción para la actual campaña. Con todo, el secretario general de la Federación española de industrias fabricantes de aceite de oliva (Infaoliva), Enrique Delgado, en declaraciones a Europa Press, se atreve a ir más allá, y pronostica que el hundimiento de la cosecha, debido a la adversa climatología, podría cerrar la campaña en marzo por debajo de los 600.000 toneladas, lo que supondría retroceder a los niveles de 1995. Eso sí, Delgado asegura que los consumidores finales no sufrirán desabastecimiento de botellas de aceite de oliva en las superficies comerciales, dado que existen unas reservas de más de 709.000 toneladas, contabilizadas a 31 de diciembre, que unido a la previsible cosecha de este año, llegará a cubrir las actuales necesidades de demanda, que se han visto reducidas ELECONOMISTA.
Añadir leyenda

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Obsesión por el impacto mediático?



Por José Alberto Palma Carazo*

Los días 25, 26 y 27 de febrero de 2013 la noticia más leída de la versión web del New York Timesfue la siguiente: un estudio realizado en más de 7,000 personas demostró que los sujetos que recibían una dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra o frutoaceite de olivas secos presentaron una disminución del 30% en la aparición de ictus, infarto de miocardio o muerte por estas causas. El estudio fue publicado el 25/2/2013 en el New England Journal of Medicine (la revista con mayor impacto científico del mundo) y todos los autores eran españoles, lo cual constituye un hito notable para la ciencia española. Sin embargo, aquí en España, la noticia tuvo un eco escaso, muchos ni siquiera la incluyeron como noticia menor.
En enero de 2013, todos los medios de comunicación anunciaron solemnemente la noticia que un equipo de investigadores españoles diseñaron una vacuna para frenar la enfermedad de Alzheimer. A pesar del impacto mediático, la Sociedad Española de Neurología tuvo que emitir un comunicado para resaltar que el estudio no se había realizado en humanos, sino únicamente en 6 ratones, y además los resultados no se había publicado aún en una revista científica.
En una sociedad libre, los periodistas y los medios de comunicación son imprescindibles. Pero llama la atención que, en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (6/3/2013) los periodistas sean, junto con los jueces, los profesionales peor valorados. Sería necesario plantearse si la profesión debe hacer un profundo examen acerca de las causas de este desprestigio tan marcado; me atrevo a sugerir que la obsesión por el impacto mediático en detrimento del rigor científico podría ser uno de los orígenes.
 *Doctor en Medicina y especialista en Neurología